El poblado de Laferrere -en el centro del Partido de La Matanza- a 24 km del centro de la
ciudad de Buenos Aires y fue fundado hace 108 años, en 1911. Los primeros planos de los
chalets que se proyectaron en la actual ciudad son de 1852 y 1858 , pero en 1912 Pedro Luro,
Honorio Luque y Gregorio de Laferrere pensaron en una ciudad modelo para ese entonces, con
la construcción de unos 100 particulares chalets que no fueran conventillos como los que se
propagaron en capital en aquella época. El proyecto soñaba con un pueblo de veraneo y fines
de semana para la élite porteña que ocuparía dichas construcciones, u otros pasajeros que
llegarían gracias a la reciente parada del ferrocarril en este lugar (línea Belgrano Sur que
recorre el oeste del Gran Buenos Aires, desde Constitución hasta la estación 20 de Junio). Los
fundadores querían que la ciudad tuviera luz eléctrica, servicios sanitarios, teléfono y hasta un
tranvía.
Los primeros residentes de la ciudad. En esta imagen aparece la familia Castelli – Garnica volviendo de su casa por la actual avenida Luro. En el fondo se halla la antigua estación Laferrere. La foto es de 1940. La Señora Elsa Lina Castelli se radicó en 1936 y su padre trabajaba en el ferrocarril. Elsa se casó con el Dr. Zolio Garnica llegado de Santiago del Estero, el primer contador que tuvo la localidad, y también fue profesor de escuela. El matrimonio es muy reconocido por su destacada actuación en obras de bien público para la ciudad.
Ser residentes de Laferrere fue una oportunidad de progreso para muchos inmigrantes de
distintos orígenes que llegaron a mediados del siglo XX desde Europa, pero también del
interior del país, que se aquerenciaron y se quedaron a vivir en esta ciudad.
La primera escuela parroquial.
En esta foto podemos ver al por entonces presbitero Leonardo Benjamín López May de la
parroquia Cristo Rey quien propuso la creación de una escuela parroquial hacia 1957 y
concretada en 1958. En una época en que la población crecía aceleradamente. Al lado está la
actriz y cantante Tita Merello quien junto a otros artistas, en las primeras etapas de
construcción de las obras colaboraba para financiarlas. Junto a ella su madre Ana Gianelli.
Junto a la madre de Tita la señora Elsa Castelli de Garnica rectora de la institución, y como
su esposo el Dr. Zolio Garnica fueron los primeros profesores de la escuela secundaria.
Los empresarios inmobiliarios compran los terrenos de doscientas hectáreas a Adolfo
Schickendantz que luego subdividieron en dos sectores de cien cada uno el 4 de mayo de 1911.
El 13 de mayo del mismo año se aprobó esta acción bajo la gestión del gobernador Arias y
siendo el Ministro de Obras Públicas Tomás Sojo. Por lo tanto la fecha de fundación de
Laferrere es la del 13 de mayo de 1911 ya que es la que figura en un documento en el que los
fundadores solicitan a La Plata la aprobación de las pruebas de agua y topografía consiguiente
para fundar un pueblo en el kilómetro 24.300 del ferrocarril Buenos Aires-Expediente 320
Letra L-1.911.
El nombre del pueblo obedecía a una de las regulaciones del decreto del 26 de octubre de
1910 del Boletín oficial de la República Argentina N 5483; Gregorio de Laferrere cumplía con
ser una “persona que se distinguiera por sus servicios al país”, siendo ya un reconocido político
y escritor.
El plano definitivo se aprobó el 17 de marzo de 1913 contando con 163 manzanas con cuatro
diagonales que no respondían al tradicional plano en damero y que terminaban en la estación,
dos del lado sur y dos del lado norte. El eje central lo constituía la Avenida Luro con cuatro
plazas alineadas, dos de cada lado de las vías del ferrocarril.
Los fundadores de aquel pueblo de vanguardia manifestaron en febrero de 1912 al Ministro de
Obras Públicas de la Provincia que se habían firmado los contratos respectivos para la
inmediata construcción de CIEN chalets que serían la base para la formación del nuevo pueblo.
Dentro de dicho programa estarían comprendidos los servicios de agua corriente, luz eléctrica y
teléfono. De esa cantidad proyectada sólo se construyeron cerca de VEINTE y hoy contamos
la supervivencia de TRECE, siendo los únicos testigos de aquel proyecto y fundación.
Hay chalets de dos estilos diferentes. Unos con techo a dos aguas de tejas francesas y otros
con techo plano o de azotea. Los primeros se construyeron en 1913, los segundos, tal vez, en
la década de 1.920. Todos los chalets estaban rodeados de 1.500 m² de arboleda (equivalentes
a tres lotes actuales, cada uno). Entre los árboles que predominaban se encuentran las
casuarinas que se elegían por su rápido crecimiento- aún hoy se puede ver algunos, altísimos,
que datan de 1913 aproximadamente- Algunos testimonios relatan que los chalets eran traídos
por partes desde Francia y se los armó en el nuevo pueblo. Las construcciones lujosas para el
momento se pensaron para ofrecer a sus propietarios un lugar de descanso y vacaciones a
cuyo sitio se llegaba fácilmente a través del tren. Todos los chalets tenían la misma disposición
de espacios internos y comodidades: una cocina, despensa, baño (en el hueco de la escalera de
madera), un escritorio y living comedor en planta baja con dos puertas de acceso posibles,
todo en planta baja y, en la planta alta, cuatro dormitorios. Con inmensos ventanales y puertas
de madera, gruesas, seguras y con paredes de 30 centímetros (hoy convencionalmente son de
15). También poseen sótanos y pisos internos de madera. Se comenta que Gregorio de
Laferrere habría pensado en la construcción de túneles que intercomunicaran dichas
viviendas- a modo de seguridad- pero esto no llegó a realizarse. Las construcciones estaban
sobreelevada -además de ser edificios altos en sí mismos- seguramente de manera preventiva
ante un posible desborde de los tres arroyos que cruzan Laferrere (Dupuy, Susana y Don
Mario) o del río Matanza, todos cercanos y que constituían el recreo natural para bañarse o
pescar, como era común en aquella época.
Hoy estos trece chalets, aún de pie, muestran transformaciones tales como el reemplazo de
tejas o ciertas aberturas y pisos o la pérdida de la arboleda y terreno circundante. Algunos
están escondidos detrás de modernas construcciones y locales comerciales. Dos de los trece
están casi irreconocibles por sus cambios, aunque mantienen ciertos rasgos que nos permiten
distinguirlos (dimensiones, alguna abertura, la sobreelevación o elementos en su fachada
externa o del interior). Y actualmente sólo uno conserva sus tres lotes de superficie con
parque, aunque con ciertos agregados y modificaciones.
Sol de otoño en el antiguo chalet.
El chalet de la calle Andrade 6072 mantiene la fachada tal como fue construida en
1913, cuando se vendió en subasta pública. Por la década del 30 se produjo una explosión
de la destilería clandestina de alcohol que funcionaba en el sótano y afectó a la propiedad
que luego sería vendida.
Las dueñas actuales cuidan orgullosamente esta propiedad adquirida por su padre, no
sólo como guardianes del legado familiar, sino también porque reconocen el valor
histórico y arquitectónico que posee.
Conserva piso original en la entrada y escaleras con baranda de madera. A través de la
ventana del comedor pueden apreciarse los árboles originarios elegidos especialmente por
su rápido crecimiento.
De residencia particular a Institución Educativa privada.
Otros dos antiguos chalets son testigos del pasado fundacional del pueblo de Laferrere que se
conservan en esta institución educativa. Son propiedades ubicadas en la calle Echeverría 6009;
la institución posee salida a la calle Luro.
El chalet de la imagen siguiente conserva la fachada y postigos originales, la puerta y los
postigos.
Andrade 6072.
En este chalet de Andrade 6062, otro testigo de los orígenes fundacionales del poblado de Laferrere,
no puede apreciarse desde el frente que da a la calle Andrade porque está detrás de un portón y
edificación en la planta superior que se utiliza para consultorios médicos y otros servicios.
En el centro de la ciudad.
En la calle López May 3135, en pleno centro de la ciudad de Gregorio de Laferrere puede apreciarse el mismo estilo arquitectónico que comparten todos los originales. Algunas reformas se hicieron en la construcción para reparar techos, y en el interior de la vivienda, pero la fachada conserva su originalidad.
Aún permanecen detrás de carteles.
Dos antiguos chalets de la calle Luro, que pueden apreciarse mejor al levantar la vista y
observar detrás de los carteles. De dos estilos diferentes , uno con techo de azotea ubicado
en Luro 6048 y el otro con techo a dos aguas, en la vereda de enfrente en Luro 6031
Transformados u ocultos.
La primera edificación fue un antiguo chalet y está ubicada en la calle Rafael Obligado
3255. Dicen los vecinos que conocen la historia local y que han visitado ese lugar, que el interior del
edificio mantiene la misma disposición de las habitaciones (hoy consultorios médicos) que el resto de las primeras edificaciones que se trazaron en la ciudad.
Entre cables y caños oxidados apenas puede verse parte del piso superior y azotea de otro chalet en
avenida Luro al 6048.
Un chalet con algunas reformas donde actualmente funciona el Obispado de
Laferrere.
En la calle Ricardo Gutiérrez 6037, entre López May y Soberanía Nacional hay otro
chalet de los primitivos del antiguo poblado de Laferrere, actualmente es sede del
obispado. La diócesis de Gregorio de Laferrere fue creada el 25 de noviembre de 2000
por el papa Juan Pablo II, como una escisión de la diócesis de San Justo.
Un chalet colorido que conserva el estilo arquitectónico original.
En la calle Ricardo Gutiérrez al 6035 se encuentra este otro chalet, del cual puede
observarse que pese a las reformas mantiene el estilo arquitectónico original. Esta
casona forma parte del grupo de quintas de verano creadas para la élite que venía de
Capital Federal a veranear, eran típicas de los primeros 30 años del siglo XX de esta
localidad. Está al lado del Obispado, y de la comisaría donde también hubo otro chalet
pero fue demolido por la década del 70.
Antiguo
Antiguo chalet rodeado de nuevas edificaciones.
Este es otro chalet localizado en la calle Gutiérrez
al 6084. Más allá del paredón y del portón se
alcanza a ver la fachada típica de las primeras
residencias.
A partir del remate de tierras, se produjo un
acelerado crecimiento de la población, se calcula
que hacia 1949 llegaban 100 habitantes por día.
Nuevos pobladores harán crecer la población de
Laferrere especialmente después de 1960,
extendiéndose la urbanización sobre y más allá
del área fundacional, dando origen a los barrios.
Laferrere se convirtió en una ciudad residencial y comercial y el proyecto inicial se truncó
rápidamente luego de la muerte de Gregorio de Laferrere el 30 de noviembre de 1913 y la
crisis económica que traería el inicio de la primera guerra mundial en 1.914. Su población es
una de las que más creció entre las localidades del Partido de la Matanza desde la década del
30 y especialmente del 40 y 50 debido al importante aporte migratorio desde el interior del
país, desde países europeos –sobre todo españoles e italianos entre otros- y desde países
limítrofes.
Como dato cabe destacar que el agua corriente fue concedida casi cien años después de
haberlos construido, cuando el abastecimiento llegó a parte de la ciudad en 2011 y luego las
cloacas.
Los chalets se han destacado siempre en su entorno. En 1950, año del Libertador General San
Martín, un folleto de propaganda para loteo en Laferrere los citaba dándole el nombre hasta al
barrio circundante, en las tierras más altas a orilla derecha de las vías del tren.
Los chalets han sido testigos de aquel proyecto inicial que, aunque no se concretó del todo,
permitió que se fundara el poblado de Laferrere, luego se convirtió en ciudad el 18 de
septiembre de 1973 por el Congreso de Buenos Aires (Ley N° 8100). Han visto toda la historia
y son espacios que aún nos permiten comprender ese proceso de configuración espacial tan
particular en el conurbano matancero.
Prof.: Adriana Fernández
Prof.: Stella Maris Cabrera
Muy interesante. Muchss graclas
ResponderEliminarLlegamos a Laferrere en 1958 y en mí mente aún tengo bien patente los chalets,y las veredas pobladas de " álamos" puede ser de esos árboles verdad?
ResponderEliminarEn otoño era nuestra diversión ir pisando las hojas secas caídas de los mismos.
Que buenos recuerdos y que lindo es ver como ha ido evolucionando nuestra querida Ciudad de Laferrere.
Hoy recién descubrí esta página, buenísimo el trabajo.
Felicitaciones !!!
Mis disculpas soy René Ferreyra.
ResponderEliminarOrgulloso habitante de la Ciudad de Laferrere